Chat de MieL: Jornada de trabajo: concepto y antecedentes históricos (28-4-2020).
Recordemos
que el trabajo industrial parte de la base de organizar la fuerza laboral por
actividad prestada y no, como en la época artesanal, por el producto terminado.
En esta nueva etapa el trabajador no controla el proceso productivo por no ser
el titular de los medios de producción. Éste, el capitalista, “compra” su
fuerza de trabajo, pero medida en tiempo.
A mayor
tiempo de trabajo, mayor extracción de plusvalía. Mayor tasa de ganancia y
mayor acumulación de capital. Al considerar al trabajo como una fuerza
productiva más, de la cual se extrae productividad, esta maximización del
factor se tradujo en abusos y en ataques a la integridad psicofísica de los
trabajadores.
Además, la
fuerza de trabajo es, fundamentalmente, una fuerza física, por lo que era
menester que su reproducción se hiciera en términos al menos higiénicos. Me
refiero a que los trabajadores y trabajadoras no debían extenuar su esfuerzo
físico de manera tal que al día siguiente de labor no estuvieren “fundidos”.
Por tales
motivos, comenzó la lucha internacional del movimiento obrero por la limitación
de la jornada. Los puntos a tenerse en cuenta son claros y expresan la
importancia de esta lucha: limitar la apropiación inequitativa de la fuerza de
trabajo y preservar la integridad de las personas que trabajan, de manera tal
que pudieran restañar el esfuerzo físico (e intelectual) perdido para afrontar
una nueva jornada de labor.
Ya veremos
más adelante qué es jurídicamente “jornada de trabajo”, pero por el momento
pensemos que su establecimiento (la jornada de 48 horas semanales y 8 diarias),
constituye el más importante valor emblemático del movimiento de los
trabajadores a lo largo de toda su historia.
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